sábado, 26 de septiembre de 2020

Asistentes de evaluación

El diseño de rúbricas de evaluación constituyen un auxiliar valioso para evaluar el proceso de aprendizaje y comparar el nivel de logros alcanzados con los resultados de aprendizaje esperados.

Una rúbrica consiste en un cuadro en el que se disponen ciertos niveles de logros, las dimensiones del proceso que se evalúan y los descriptores de cada nivel de desempeño, es decir, que es una exposición de los criterios de evaluación que se han seleccionado a partir de los resultados de aprendizaje esperados con el fin de poder compararlos.

La principal ventaja del uso de rúbricas no está en el instrumento en sí sino en las posibilidades que le brindan al proceso evaluativo ya que, una rúbrica de evaluación puede ser publicada para que todos los participantes de un proceso de aprendizaje sepan qué se evalúa, cuándo se evalúa y quiénes lo hacen y por lo tanto, la evaluación se transforma en un proceso transparente a la vez que reducen la subjetividad al que siempre está expuesta la evaluación y permite que la evaluación se haga entre pares lo cual resulta en un estímulo más para el logro de los objetivos.
El principal obstáculo con el que me encontré al diseñar las rúbricas solicitadas en la actividad del módulo fue el de definir con claridad las dimensiones a evaluar ya que las mismas tienen que estar en línea con los resultados del aprendizaje, los criterios con los cuales se evaluarán las actividades a través de las cuales los estudiantes aplicarán sus conocimientos, habilidades y actitudes y las actividades en sí mismas.

En mi caso, propuse una temática a abordar en mi asignatura para trabajarla con la metodología ABP y consecuentemente, al ser un proceso que consiste de varios pasos y con trabajo colaborativo y en equipo, necesita de instrumentos de evaluación que evalúen el trabajo colaborativo, el proceso de elaboración de la solución del problema y finalmente, el producto final. La evaluación consta de varias dimensiones del proceso y entonces, la rúbrica analítica es el asistente de la evaluación que mejor se adapta para evaluar el proceso de construcción del producto. Para el producto final, tuve que diseñar una rúbrica holística, desconocida para mí y por lo tanto, tuve que releer el contenido del módulo y preguntar, plantear dudas para poder realizar la actividad.

domingo, 20 de septiembre de 2020

La evaluación formativa y la retroalimentación

La evaluación es una práctica que está, o debería estar presente durante todo el proceso de aprendizaje. El proceso de enseñanza-aprendizaje constructivista, distingue tres momentos básicos en los que el estudiante adquiere el nuevo conocimiento. Un primer momento de aproximación en el cual haciendo uso de los saberes previos, toma contacto con el nuevo conocimiento, un segundo momento de este proceso se da cuando afianza el aprendizaje del conocimiento que ha adquirido poniendo en práctica habilidades, y actitudes y por último, puede aplicar ese conocimiento adquirido a la resolución de situaciones problemáticas que se le plantean.

La evaluación, no debe ser ajena a estos tres momentos y entonces, se distinguen tres tipos de evaluación: la evaluación diagnóstica, que permite ver en qué momento o estadio se encuentra el estudiante, la evaluación formativa que permite al estudiante regular su proceso de aprendizaje y un tercer tipo de evaluación, que permite efectivamente acreditar esos conocimientos para poder aplicarlos en situaciones reales, que consiste en la evaluación sumativa.

De todos estos tipos de evaluación, la evaluación formativa reviste especial significancia porque es la evaluación que sigue al estudiante durante las actividades que le permiten la adquisición de las nuevas habilidades y conocimientos. Una evaluación es formativa cuando ofrece retroalimentación de distintas maneras y con frecuencia, logra comunicar eficazmente los resultados de aprendizaje que se esperan lograr, estimula procesos de reflexión sobre el aprendizaje, ajusta la enseñanza a partir de lo evaluado y sus criterios son construidos junto a los estudiantes.

La evaluación formativa tiene un carácter regulador del aprendizaje con el fin de revisar la enseñanza adaptándola a las necesidades del estudiante y en función a los resultados del aprendizaje.

Los párrafos precedentes responden a las preguntas del qué, el cuándo y el para qué de la evaluación.

Durante el Módulo 2 hemos realizado dos actividades sobre la evaluación. La primera actividad consistió en diseñar y realizar una encuesta a docentes de diversas modalidades y espacios curriculares acerca del proceso evaluativo. En nuestra encuesta, el resultado más categórico, fue la conclusión de que la gran mayoría de los docentes consideran a la evaluación formativa como un proceso que debe estar presente durante todo el proceso de aprendizaje, lo cual, representa un cambio en el posicionamiento con respecto al sistema educativo actual que nos obliga por normativa a aplicar una acreditación de conocimientos por medio de una evaluación sumativa. Es de suponer, que en etapas por venir, estas posiciones vayan convergiendo a una visión de carácter formativo de la evaluación con validez para la acreditación.

La segunda actividad del módulo consistió en poner en práctica procesos de retroalimentación a los instrumentos de evaluación diseñados por nuestros colegas y compañeros de cursada.

La retroalimentación debe facilitar la reorientación del proceso con respecto al trabajo, a la planificación de la enseñanza y a la modificación de la manera de trabajo de los docentes.

Los estudiantes deben conocer lo que tienen que hacer. De esta manera pueden responder a las preguntas sobre ¿qué estoy aprendiendo?, ¿cómo lo hago?, ¿estoy llegando a los resultados que se esperan de mí?. Por lo tanto, la retroalimentación debe hacerse en base al sentido de oportunidad, es decir, centrarse en lo solicitado en la actividad evaluada, lo entregado efectivamente y en lo que necesita mejorar. Precisamente en estos puntos nos hemos basado para realizar la segunda actividad del módulo para realizar la retroalimentación a nuestros compañeros.


lunes, 14 de septiembre de 2020

Instrumentos de evaluación

Quiero comenzar esta reflexión, haciendo una puntualización en una pregunta que ha surgido en este trayecto cursado del Módulo 1. En efecto, la pregunta que sobrevuela es una especie de clave que desencadena todas las demás, y es ¿por qué evaluar?. Sin dudas, esta pregunta refiere a las intenciones y, a priori, parece fácil de responder pero hacerlo, implica posicionarse y adpotar un enfoque sobre todos los aspectos del acto de evaluar, sobre qué se evalúa, dónde se evalúa, quiénes lo harán y el contexto dónde se realiza.

Existen muchas definiciones sobre lo que es la evaluación, cada una, responde a una época y a distintas teorías didácticas.

Si nos enfocamos en la teoría constructivista, la evaluación es un proceso centrado en el estudiante y que tiene por objetivo, el de obtener información sobre el alcance o no de unos resultados de aprendizaje que se pretenden lograr, es decir, que la evaluación es otro de los elementos que componen el proceso de aprendizaje. En la medida en que un sujeto aprende, simultáneamente evalúa, discrimina, valora, critica, opina, razona, fundamenta, decide, enjuicia, opta entre lo que considera que tiene valor en sí y aquéllo que carece de él (Álvarez Méndez, 1996).

Desde este enfoque constructivista, evaluamos para obtener datos que nos permitirán comprobar hipótesis de acción con el fin de confirmarlas o de introducir modificaciones (Antúnez, 1996), es decir que la evaluación tiene una intención reguladora del proceso de aprendizaje y constituye una acción formativa donde el error, es una instancia para el aprendizaje. Las creencias acerca de la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación orientan, definen, valoran su sentido y no solo determinan lo que la evaluación “es”, sino lo que “debería ser”.

Este proceso de aprendizaje necesita de la implementación de metodologías en las que los contenidos abordados se pongan en juego en el mundo real. Se trata de aprender y hacer, de no separar el saber qué y el saber cómo (Perrenoud).

En este contexto, los instrumentos de evaluación deben estar alineados con los resultados del aprendizaje y con las actividades que se propongan, algo que vimos en el trayecto DADE, pues, “se requiere una evaluación congruente con la concepción del proceso de aprendizaje y el enfoque pedagógico adoptado. (Maggio, 2018).

El diseño del instrumento de evaluación que pongo a consideración como parte de la Actividad 1 del Módulo 1, se encuadra en el concepto de evaluación auténtica, que requiere que el estudiante integre sus conocimientos, habilidades y actitudes en la resolución de problemas que se le plantean y que implican muchas veces, requerimientos de diversas disciplinas (Monereo, 2009).

Según Capelletti, es importante adoptar un enfoque flexible con respecto al programa y privilegiar la resolución de problemas y el trabajo por proyectos como estrategia de enseñanza (Capelletti, 2018).

Para la actividad propuesta, he seleccionado como instrumento de evaluación, el portafolios de evidencias de aprendizaje, implementado a través de Google Drive, pues permite que el estudiante reúna una colección de trabajos desarrollados a lo largo de un período de tiempo y considero que se adapta para evaluar conocimientos, habilidades y actitudes bajo una metodología ABP (Aprendizaje Basado en Problemas).

Enlace a la Actividad 1

Para finalizar, comparto un video sobre cómo elaborar portafolios de evidencias de aprendizaje, elaborado por INTEF.